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terça-feira, 27 de março de 2018

Las escuelas de Beauvoir y Bourdieu: políticas educacionales y género

El texto abajo és resultado de una ponencia oral planeada para el XXXI Congreso de la Asociación Latino Americana de Sociología (Diciembre, 2017), con el tema Las encrucijadas abiertas de America Latina: la sociología en tiempos de cambio, en el GT - Sociología de la Educación y Políticas Educativas. Agradezco mucho a Profa. Dra.Glenys Mabel Caballero Cordoba por la corrección y revisión del español:

Buenos días a todos. Me llamo Alan y soy estudiante de la Universidad Estadual de Campinas. El trabajo que vine a exponer es una presentación general de una Iniciación Científica, como llamamos en Brasil, intitulada “La desigualdad entre los sexos ante las perspectivas de Pierre Bourdieu y Simone de Beauvoir”. Así, empezaré con el problema de la pesquisa, seguida de la metodología, los resultados y que ellos tienen que ver con la escuela pública en Brasil, y, si es posible establecer similitudes con de Uruguay, visto que la construcción del género en el Occidente tiene sus regularidades, o sea, son posibles de ser comparadas entre países, pero esto es sólo una nota.
El problema de mi pesquisa son las diferentes experiencias entre niños y niñas en la escuela. Para averiguarlo hice una pesquisa documental con El Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir, y La Dominación Masculina, de Pierre Bourdieu. Hice también una lectura comparada de las dos obras, buscando conceptos importantes para comprender como se producen hombres y mujeres en la sociedad y si la escuela tiene alguna participación en esta formación o si ella es la solución para la desigualdad de género en la sociedad, si la escuela puede mejorar la desigualdad social estando consiente del género de los alumnos.
Todavía en la metodología, escogí estos dos pensadores por tres razones: la primera son debido al campo intelectual, Beauvoir tiene importancia fundamental en el desarrollo de la segunda ola del feminismo, en que las mujeres empiezan a pensar derechos y exigen políticas para las mujeres, y no interesa, de una forma general, ser como los hombres, como lo hicieron con el sufragio en la primer ola, pero piensan las mujeres como una categoría distinta a los hombres. Y Beauvoir ten su libro lanzado en 1949, es cierto que allí empieza su pensamiento filosófico más original y que llevará para toda la vida.
Pierre Bourdieu, por otro lado, ten La Dominación Masculina lanzada en 1998, final de su vida. Lo que hace es mostrar, con una teoría sociológica ya consolidada en otros libros, como ocurre la socialización de hombres y mujeres, un proyecto similar a de Beauvoir. Pero la diferencia de ellos son las soluciones que encontran para superar las desigualdades. Lo que genera una discusión acerca de la necesidad de la escuela.
A Simone de Beauvoir, las escuelas y los maestros son patriarcales, como gran parte de las instituciones de la sociedad. En un sistema patriarcal, según Beauvoir, los niños son motivados a imaginarse en los espacios públicos mientras que las niñas se destinan para los privados. Por lo que la solución será los movimientos sociales de mujeres. La educación transformadora no está en la escuela, si no en un colectivo o colectivos de mujeres cambiando la realidad institucional a través de su unión, percibida en una marcha por derechos reproductivos, por ejemplo. El importante es desarrollar una conciencia que quita a la mujer de una situación de opresión, cosa que las escuelas no hicieron en el análisis de Beauvoir y no hace mayores consideraciones sobre las posibilidades transformadores de la educación escolar. Ella cree en una transformación hecha por mujeres para mujeres y con mujeres, muy parecido a la revolución del proletariado de Marx, solo que el proletariado aquí son las mujeres.
Para Bourdieu, por otro lado, la mayor presencia de las mujeres en las universidades, completando la enseñanza media y cada vez más asumiendo cargos directivos (y lo dice casi 40 años después d’El Segundo Sexo) se debe a la escuela. Así, la escuela ha proporcionado un cambio de realidad social para algunas mujeres por la adquisición del diploma. Hemos de recordar que Bourdieu en la década de 60 escribió La Reproducción, Los Herederos y otros artículos insinuando la gran capacidad de la escuela de reproducir, por la reproducción cultural, la reproducción social. O sea, la escuela enantes llamadas por algunos como patriarcal, como por Beauvoir, que es un sistema que reproduce las condiciones de opresión de la mujer, parece romper un ciclo de reproducción, generando transformación.
Las semejanzas entre Beauvoir e Bourdieu están en la concordancia de que la casa es el destino más probable de una mujer bajo la dominación masculina, trabajar adentro y no afuera es importante para el pensamiento mítico que construye el femenino. Después hablo de la vida sexual de la pareja, que también es un trabajo para la mujer, así como cuidar a la casa. Pero aquí el hombre intenta poseer un bebe, usa la mujer para producir algo que el no produce. El patriarcado en muchas veces, se diferencia de la violencia de género por esa tentativa de los hombres se apropiaren de los medios de hacer nacer una vida, para ellos es imposible ya que no quedan embarazados (si trabajamos bajo el binarismo hombre/mujer).
El matrimonio es un evento importante, la representación simbólica de la unión de la pareja, se diferencia de la casa y de la vida sexual una vez que es un ritual publico y uno de los más importantes en la vida de la niña, ella preparase y es preparada para el matrimonio, enseñada a ser esposa, después madre. Con el matrimonio, para Beauvoir y Bourdieu, hay el cambio de las mujeres entre los hombres. Así sigue el pensamiento mítico, aún que las mujeres de la mitad del siglo veinte (y mismo antes, según Beauvoir) ya empiecen a escoger sus parejas con mayor independencia. El matrimonio es trabajado como el destino social de la mujer, y a el se acostumbra, hasta llega a desearlo.
La experiencia del trabajo, en el sentido del trabajo asalariado, será una de las soluciones encontradas para la autonomía de la mujer, según Beauvoir. En la historia de las mujeres, Beauvoir relata que su dominación se debe, en mucho, a la interdicción de la herencia a las mujeres. Casi no poseen derechos de herencia, y cuando poseen, no pueden usar el dinero como les interesa, la administración es de responsabilidad de un futuro esposo o hijos. Con derechos laborales y con un sueldo propio Beauvoir cree en un futuro propero para las mujeres, son más libres para decidir sobre la propia vida y hacer las propias escojas.
En eso no hay concordancia con Bourdieu. A pesar de la experiencia del trabajo, hay también la experiencia en el mercado, que es una forma de llamar los lugares donde se encuentran los hombres. En la sociedad Cabila de Bourdieu, solo los hombres van al mercado: a comprar, a charlar, hasta para hacer el ritual de conversión de los niños para hombres. Desta manera hay que comprender el mercado como un lugar de privilegio masculino, adonde el femenino tiene muy poca liberdad, es prácticamente exclusivo a los hombres, es ahí donde los hombres sostienen la también la masculinidad, no es necesario que el femenino esté siempre presente. Los hombres compiten también entre los hombres, hay niveles de masculinidad, así como hay niveles de femenilidad.
Es espacio del mercado, o el espacio solo de hombres, es importante para percibir que mismo con las mujeres trabajando no desaparece el patriarcalismo, ya son más de cincuenta por ciento de la fuerza de trabajo mundial en los días de hoy, por ejemplo. Bourdieu no cree, por ende, que trabajar sea suficiente para llegar a la igualdad. Sería necesario que las mujeres participaran de los mismos rituales que los niños para detener una imagen simbólica de poder. El trabajo es condición para el capital económico, lo diría Bourdieu para estas relaciones de género, y le falta el capital simbólico para la mujer ser una igual al hombre.
En resumen, el hogar, la vida sexual, el matrimonio, el trabajo y el mercado son, en mi pesquisa, experiencias diferentes entre niños y niñas a partir de Bourdieu y Beauvoir. Ahora sigo para algunas consideraciones para llegar al problema que aflige la escuela en los tiempos presentes y incluyen más lecturas que solo Bourdieu y Beauvoir.
Las soluciones apuntadas anteriormente (educación en los colectivos de mujeres o la educación escolar), como he mencionado, son las mayores diferencias entre entre los dos. El menos distinto son otros resultados, los siguientes:
·         El aprendizaje informal precede el aprendizaje formal: la identidad de género de las niñas y los niños depende de cómo sus cuerpos son percibidos o mirados. El niño y la niña se exponen o se retraen en su movimiento, sus juegos, en sus vivencias infantiles, si esas acciones son percibidas como desagradables, inadecuadas o antinaturales para el sexo del niño, el cambia su comportamiento para otro que sea más aceptable. O sea, la educación de género en la familia y otros espacios sociales, depende de un cuerpo para hacerse visible debido a sus acciones, asociadas a su sexo de nacimiento: el pene o la vagina. Hay, por ende, una división entre acciones de niños u acciones de niñas.
·         Los sistemas patriarcales privilegian los arquetipos masculino y femenino de formación: hay una tentativa de corresponder las identificaciones de los hombres con las actitudes masculinas y las mujeres con las femeninas.  En la infancia los cuerpos son distinguidos entre los niños, que deben practicar su masculinidad para que sean hombres porque tienen un pene, y las niñas, que practican la femenilidad para que se conviertan mujeres porque tienen una vagina.
·         La naturalización de esos mitos (masculinidad y femenilidad) crean condiciones de violencia de género, las cuales mantienen las cosas femeninas bajo una dominación masculina: sí algo es natural, es biológico, y hay la idea de que es un destino implacable, de lo cual no se puede huir. Pero el apagamiento de las mujeres en la historia fue la forma de mantenerlas bajo dominación. La historia de las guerras y las conquistas son las más valorizadas en el mundo masculino, donde se supone una agresividad natural del hombre. Las mujeres casi no tienen protagonismo, son representadas como hijas, esposas, prostitutas etcétera, personajes femenilizadas. También hay mujeres guerreras y dueñas de propiedades, pero son muy masculinizadas en los relatos, llegando a ser comparadas con hombres (“se parece a un hombre”) o elogiadas con adjetivos masculinizados, como valiente o temerosa, por ejemplo.

Eses tres puntos: el orden social del patriarcalismo, la socialización bajo la identificación con el masculino o el femenino y el aprendizaje inconsciente del comportamiento generando la naturalización son esenciales para pensar la educación que antecede la escuela. Empieza allí, desde el nacimiento, la identificación de género.

Imagem retirada desta matéria da Nana Soares, também sobre gênero, no jornal Estadão.
              

     Para la escuela, a partir de Beauvoir y Bourdieu, me interesa los siguientes puntos:

·         El currículo escolar ofrece resistencia a la violencia de género en régimen de gestión democrática: hay que pensar el currículo como la realización de experiencias, prácticas y vivencias  organizadas colectivamente con familiares, trabajadores de las escuelas y los propios niños y niñas. La idea es de que el currículo convencional comprende dos cuerpos (los de niños y los de niñas) porque refleja la sociedad y adopta la separación entre hombre y mujer instituida por el patriarcalismo. El género no es doble, lo veo como múltiplo, mismo que Bourdieu y Beauvoir se interesen por el binarismo.
·         La escuela es un espacio donde se disputa el control de una dominación simbólica: la dominación es un ejercicio constante de imposición de una visión. Los sujetos pueden, a lo largo de su formación escolar, aproximarse o alejarse de las masculinidades y feminilidades dominantes en el espacio escolar. La diversidad sexual y de género son potencialidades invisibilizadas, disimuladas por el reconocimiento a una representación dominante de género (o heteronormativa) pero están ahí con una fuerza, ya que el proceso de dominación nunca extingue una fuerza, solamente añade fuerzas para permanecer dominando. De esta manera, el juego de identidad entre el Self y el Otro puede renovarse o ser otra cosa distinta del cuadro dominante.
·         Los docentes deben de ser introducidos a la discusión de género: la reproducción de las representaciones dominantes sosténense por el desconocimiento de otras posibilidades de ser en el mundo social. Si no hay esa preocupación, sigue la violencia de género, la dominación masculina y, por ende, la desigualdad entre niños y niñas en el sistema de enseñanza. La cualificación de los docentes en los problemas de género son cruciales para una mudanza institucional y alejamiento del patriarcalismo.

                Estas consideraciones termino la ponencia, que fué una transposición de la pesquisa para pensar políticas educacionales, que no empieza con una preocupación con políticas, pero como los conceptos público/privado toman espacio para educaciones desiguales entre niñas y niños, experimenté este abordaje. Gracias.


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